LA CRISIS Y LOS OPORTUNISTAS DEL AIRE
Rodrigo Borrás*
Según estimaciones de la OIT podrían ser más de 25 millones los puestos de trabajos perdidos como consecuencia de la pandemia del COVID-19 en todo el mundo. Por otro lado, economistas muy reconocidos internacionalmente como Branko Milanovic estiman que esta crisis va a ensanchar la brecha entre ricos y pobres. El panorama que se prevé no es nada alentador: más desempleo y mayor pobreza con concentración de riquezas.
Si existe una actividad que está involucrada en todas sus fases en esta pandemia es el sector aéreo. Con la velocidad con que llega un avión de un continente a otro, fue también la velocidad a la que se trasladó el virus. Y con él los problemas que luego generarían las medidas adoptadas por los distintos gobiernos para atenuar las consecuencias de la enfermedad. Es en esas medidas adoptadas que la reducción de vuelos y el cierre de aeropuertos indefectiblemente impactaron en los números de las compañías, en todas y cada una de ellas alrededor del mundo.
A partir de este escenario de reducción de tráfico aéreo alrededor del planeta muchas líneas tuvieron que detener sus flotas en tierra. Es precisamente a partir de este punto cuando particularmente la actividad aerocomercial entra en una fase de crisis. Las compañías necesitan volar para mantenerse con vida, es el oxígeno que se precisa para seguir respirando.
Esta es una crisis que lógicamente requiere de una gran imaginación y capacidad para poder sobrellevar el mal momento que se está viviendo. Es un momento único de la humanidad. Los organismos internacionales, como Naciones Unidas, colocan estos tiempos a la altura de las peores pandemias de la historia. El mundo fue sorprendido por algo que no se esperaba (o sí), y ahora hay que buscar una respuesta pronto para que todo vuelva a ser como antes (o no).
Rápidamente, y como si fuera un auto-reflejo, vemos que los grupos económicos más grandes ya optan por las soluciones ortodoxas. Piden en momentos de crisis que haya para responder económicamente con más Estado y que los trabajadores resignen salarios y condiciones para que ellos sigan ganando e incrementando la brecha entre los que más tienen y los que menos ganan.
Es necesario tener presente que más allá de las respuestas urgentes y necesarias, esta crisis antes de ser sanitaria y de salud pública, es una crisis del sistema económico neoliberal y evidencia el fracaso de sus políticas de reducción del Estado, de privatizaciones, precarización del trabajo y de los derechos sociales.
Es por ello que debemos repensar estrategias distintas que ayuden a superar esta situación. Lo que nos proponen desde el sector financiero generaría más pobreza y distanciamiento entre clases sociales. Estos sectores plantean las mismas políticas de ajustes y de un intervencionismo del Estado Bobo que ya hemos visto en otros momentos, manteniendo así un status quo y que estos desajustes económicos /financieros los vuelvan a pagar los trabajadores.
Los trabajadores aeronáuticos no vamos a permitir que el hilo vuelva a cortarse por lo más fino. Las compañías multinacionales que fueron las primeras en pedir recortes de salarios y de condiciones laborales no pueden ser más miserables en estos momentos. Millones, cientos de millones de dólares son lo que ganaron en los últimos años. Y ahora no quieren dejar de ganar ni un centavo. Ellos ven en esta crisis una oportunidad de ampliar brechas y bajar condiciones laborales. Inclusive algunas aspiran a poder lograr la reforma laboral que tanto anhelan y que no llegaron a conseguir con el gobierno anterior.
Así como el sector aéreo fue uno de los primeros en ser afectados por esta crisis, sabemos también que es uno de los primeros en reactivarse; ya lo estamos viendo en China con los datos de reactivación del sector aéreo, tenues pero positivos al fin.
Históricamente el transporte aéreo ha sentido este tipo de cimbronazos económicos, como también lo hemos visto reactivarse en poco tiempo, ya que es una pieza esencial en las reactivaciones de la economía global. El transporte aéreo son las arterias del mercado globalizado.
Según datos de la Secretaria de Turismo de la Nación, en Argentina se mueven más de 4.3 millones de turistas al año. El 40% de estos turistas lo hacen en avión. La industria de viajes y turismo aporta el 10% del PBI y genera 1.8 millones de empleos. Es evidente que es un sector clave para el desarrollo de cualquier país y sobre todo para una economía como la Argentina.
Ahora, justamente por la importancia del sector, no debemos dejar que se rebajen condiciones económicas y laborales en pos de una necesidad del mercado. No debe olvidarse que el sector aerocomercial argentino quedó muy mal estructurado luego de la desastrosa "Revolución de los Aviones", un claro ejemplo de un manejo librado a los intereses económicos del mercado. La libertad de volar a cualquier precio dejó como resultado un escenario totalmente anárquico de la actividad y saturación de ofertas sin medir consecuencias de compañías que especularon con conectividades, que luego abandonaron. Y con una flexibilización de los organismos de control sumamente peligrosa.
Quizás sea cierto que a los Señores y Señoras de las grandes corporaciones y holdings les llegó la hora de ganar un poquito menos. Que el esfuerzo que se realice para recuperarnos de esta crisis sea la de equilibrar esfuerzos y no sea siempre el mismo lado el que pone.
Es en este entender que con un verdadero diálogo social podríamos encontrar soluciones. La actividad aerocomercial en Argentina requiere de un diálogo sincero y es el Ministerio de Transporte de la Nación quizá el más indicado para convocar a este espacio donde se puedan encontrar caminos y soluciones.
Los sindicatos somos actores de la democracia, representantes de un sector fundamental de la sociedad, vinculados a los centros de trabajo, las comunidades y conectados con las necesidades de la población. Nuestro papel frente a la contingencia actual es de primer orden y reclamamos nuestra participación, fortaleciendo los mecanismos de diálogo tri y bipartito, comprometidos con el enfrentamiento de la crisis.
Esta CORONACRISIS, como la llaman algunos, puede tener una multiplicidad muy amplia de lecturas posibles, pero lo que no podemos permitirnos es que se vuelvan a cometer los mismos errores que de alguna manera quedaron descubiertos en medio de estas terribles situaciones. Las posibles salidas de esta crisis solo serán posible con la participación de todos los sectores de la actividad. Esta Crisis Mundial puede ser la oportunidad de repensar una actividad aerocomercial que ayude a construir una Argentina más justa.
Es imprescindible mantener un espacio de dialogo con todos los actores de la actividad, donde todos cumplen un rol especifico, y donde los trabajadores somos parte esencial de esta cadena de operaciones que garantizan el traslado de personas y también de cargas. Así como los trabajadores seguimos día a día enfrentando en nuestro territorio -los aeropuertos- esta pandemia, esperamos que las autoridades sean conscientes de los tiempos que corren y convoque a este espacio de dialogo, para que entre todos y en dialogo sincero encontremos soluciones frente a la crisis y a los oportunistas.
*ProSecretario de Política Aérea de la Asociación del Personal Aeronáutico.