8m: La deuda es con nosotras y nosotres
La deuda externa contraída principalmente por la última dictadura cívico-militar y aumentada por los gobiernos neoliberales, utilizada como instrumento de financiación estatal, ha sido un problema histórico para nuestro pueblo.
Durante el gobierno de Juntos por el Cambio, Argentina accedió a una deuda exorbitante, pasando a ser el principal deudor del Fondo Monetario Internacional, y casi el 80 por ciento de la deuda tuvo como destino la campaña electoral de dicho gobierno. Hoy día la Argentina se encuentra en la delicada situación de una renegociación de ese acuerdo. Tradicionalmente el organismo de crédito ha impuesto a los países deudores políticas de ajuste en relación al gasto social, que afecta principalmente a los sectores más vulnerables y, dentro de estos colectivos, a las mujeres y diversidades.
La OIT señala en su último informe que, por la crisis que ha ocasionado la pandemia, se impuso un deterioro en los mercado laborales. En particular, en Latinoamérica 4 millones de mujeres no han podido retomar sus trabajos. Esta situación nos indica un claro retroceso en cuestión de igualdad de género en el trabajo.
En Argentina, a esta situación se suma el endeudamiento estatal que afecta directamente las economías domésticas. El desempleo, la pulverización de los salarios y la dolarización del precio de alimentos se fagocitan las transferencias monetarias que el gobierno del Frente de Todos ha tenido como política de contención. Son principalmente las mujeres y diversidades las que se ven afectadas por no poder hacer frente a las deudas contraídas con anterioridad en cada hogar.
Es por eso que este 8M pondremos nuevamente el cuerpo en la calle para decir que la deuda es con nosotras y nosotres y que la paguen los que la fugaron.