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Mié, 11/11/2020 - 07:44

CARAVANA AERONÁUTICA

Las y los trabajadores aeronáuticos piden la urgente intervención a los ministros de Transporte y Trabajo para lograr una política aérea que incluya el trabajo aeronáutico argentino, que garantice la continuidad laboral para las y los empleados de Andes, Avian y LATAM, con condiciones sanitarias y salariales dignas.

El miércoles 11 de noviembre desde las 10 de la mañana las y los aeronáuticos del Frente Gremial Aeronáutico se concentran en el Espigón B del Aeropuerto de Ezeiza.

El Frente Gremial del que forman parte APA (Asociación del Personal Aeronáutico), UPSA (Unión del Personal Superior Aeronáutico), APLA (Asociación de Pilotos), UALA, ATEPSA, APTA y ATCPEA, inició en el aeropuerto una caravana hacia las sedes de los Ministerios de Transporte y de Trabajo de la Nación.

El motivo de la movilización es la exigencia de una urgente política aérea que contemple la inclusión del empleo aeronáutico en condiciones dignas, salariales y sanitarias.

Al conflicto salarial de las y los trabajadores de la ANAC y la EANA, se suma la angustiante situación generada por las empresas Andes, Avian y LATAM.

 ANDES Y LA DEVOLUCIÓN DE LOS AVIONES

 Una de las empresas que pagó con creces la llamada “Revolución de los Aviones” de Dietrich, el ministro de transporte del gobierno de la alianza Cambiemos (2015-2019) fue Andes. La empresa comenzó a desfinanciarse por varios factores, entre ellos los altos costos en dólares y la constante devaluación de nuestra moneda, lo que la llevó a devolver gran parte de su flota de aviones de forma acuciante. La consecuencia inmediata fue el descalabro económico y el atraso en los pagos de los salarios de las 220 familias aeronáuticas, consecuencia que se agravó con la pandemia, y que trajo al ATP (Programa del gobierno de Alberto Fernández, Asistencia al Trabajo y la Producción) como único sustento de estas y estos trabajadores, desde el mes de abril hasta la actualidad. Sin un plan de reactivación concreto, esas familias esperan la necesaria y urgente mejora de su situación económica y laboral.

 AVIAN Y LA HIERBA MALA DE MACAIR

 Avian es una de las “nuevas” aerolíneas fundadas en la Argentina también durante la “Revolución de los Aviones” que no pudo volar ni siquiera 2 años. Apenas conformada, comenzó a endeudarse al punto de dejar de pagar salarios en el mes de mayo de 2019. En junio de dicho año, cesó sus operaciones de cabotaje en la Argentina y al mes siguiente presentó el proceso judicial de Convocatoria de Acreedores. Desde ese momento las y los trabajadores además de no percibir salario, tampoco fueron despedidos, con lo que la empresa acumuló deuda con ellos sin dar ninguna respuesta impidiendo, además, que accedan a alguna ayuda de emergencia esta crisis sanitaria. En las últimas semanas, para agravar aún más su situación, la empresa envió cerca de 60 telegramas de despido con supuesta “justa causa” por encontrarse varias y varios de estos trabajadores en otros trabajos en donde sí pudieran recibir algún salario.

Luego de una audiencia ante el Ministerio de Trabajo en la primera semana de noviembre, no se arribó a ninguna solución.

 LATAM Y LA CRÓNICA DE UN VACIAMIENTO ANUNCIADO

 Las noticias sobre las empresas del holding LATAM en la Argentina no son nuevas pero esta historia aún no tiene un final. Desde el mes de abril sus trabajadoras y trabajadores cobran el 50% de sus salarios por decisión unilateral y compulsiva de parte de la empresa.

El holding anunció a nivel continental una reducción general del 50% de todos los salarios, porcentaje que en algunos países alcanzó el 70% de reducción violenta. La excusa fue “sobrellevar la crisis” y permitir la supervivencia del grupo empresarial. Pero no se trató más que de una estafa a gran escala a sus trabajadoras y trabajadores, ya que, a semanas de este recorte ilegal, la empresa ingresó en una reestructuración internacional de sus deudas (lo que se conoce comúnmente como “Capitulo 11 o Chapter 11 de la ley de EEUU que no es aplicable en Argentina), no sin antes repartir dividendos a sus accionistas por usd 57 millones, y adelantando el pago de una deuda cuyo vencimiento operaba en 2021, con la particularidad de pertenecer a los hijos del presidente chileno, Sebastián Piñera, también “ex” accionista del holding LATAM. Todo lo cual fue un gran escándalo inmoral en el hermano país, en plena crisis política y sanitaria.

El paso siguiente de este recorte disfrazado de salvataje, fue el despido masivo de más de 7000 trabajadores en todo el continente: Paraguay, Uruguay, EEUU, Ecuador, Colombia, Perú y Chile. El 2020 que había iniciado con 41729 trabajadores en la plantilla global, este número se había reducido al mes de junio a menos de 36000. La mayoría de ellos había creído las palabras de su CEO Roberto Alvo, quien ahora sólo los estaba “dejando ir”.

Una crisis más sobre la espalda de las y los trabajadores.

En nuestro país, el mes de junio trajo más recortes: una de las empresas del holding anunciaba el “cese de operaciones”. El 17 de ese mes, con un montaje mediático cuyo principal efecto fue ofrecer a las 1715 familias un retiro voluntario inferior a una indemnización normal, LAN Argentina anunciaba su retirada en los principales medios de comunicación.

A esa altura ya se habían realizado parte de las 6 audiencias que se llevaron adelante en el Ministerio de Trabajo. En ninguna de ellas se hizo presente su CEO vernácula, Rosario Altgelt, más preocupada por su puesto en el Coloquio Idea que por la sustentabilidad de la compañía que dirige, que acumuló pérdidas desde 2016 hasta su total vaciamiento en 2020.

Este devenir calamitoso para LAN Argentina fue un virtual vaciamiento planificado para beneficiar a las otras empresas del holding y “sacarse de encima” a las y los trabajadores de Argentina, con una fuerte organización sindical. Este proceso se llevó adelante mediante la devolución de aviones, la extranjerización de la flota (también aprobada por la ANAC de Insausti a través del “interchange”) y el traslado de pasajeros argentinos hacia otras terminales del holding, tales como Santiago de Chile y Lima, en desmedro de la filial local.

La excusa perfecta llegó con la pandemia del COVID-19, que ante la parálisis de la industria aeronáutica mundial, y la imposibilidad de medidas de acción directa, dio a los directivos de LATAM el móvil perfecto para reducir salarios primero, y despedir trabajadores, en segundo lugar.

Hasta el momento ninguna de las resoluciones del Ministerio de Trabajo fue ejecutada. Fueron letra muerta para las y los trabajadores.  El Ministerio de Transporte tampoco intervino.

Las intervenciones en la prensa de Mario Meoni (Ministro de Transporte) y de Claudio Moroni (Ministro de Trabajo) justifican el accionar del holding en su supuesta “quiebra internacional” demostrando que desconocen (o no quieren conocer) el tema en profundidad y que muy poco le preocupan las y los trabajadores aeronáuticos.

A partir del mes de octubre le llegó el turno a las empresas LATAM y TAM, que operan las rutas internacionales: de sus más de 200 trabajadoras y trabajadores, sólo 20 de ellos fueron convocados a trabajar. El resto de ellos permanece en sus casas, sin aviso formal de suspensión por parte de la empresa y con personal jerárquico realizando sus tareas habituales.

Esta situación también fue denunciada ante el Ministerio de Trabajo para la preservación de estos empleos pero tampoco hubo ninguna respuesta oficial.

El holding continúa con su plan de vaciamiento y los Ministerios parecen tener los ojos y oídos tapados.

 Ante tantas irregularidades y tantos incumplimientos de nuestra ley, por parte de estas aerolíneas, sobre todo en esta pandemia en donde hubiera sido esperable un poco de solidaridad de quienes más tienen, y de estos grupos económicos que facturaron millones hasta 2019, las y los aeronáuticos le pedimos a Mario Meoni y Claudio Moroni su urgente intervención para garantizar los más de 2500 puestos de trabajo que están en riesgo porque la única forma de hacer reales los slogan de “recontrucción argentina”, “Argentina Unida” y “Una Argentina de Pie”, es generando y sosteniendo empleos dignos en una industria estratégica para nuestro país y para nuestra región, como es la industria aeronáutica.